¿Ayudar o perjudicar? La verdad sobre la comida humana en las colonias felinas.
Amigos de los gatos, necesitamos hablar de algo importante. Vemos con buena fe que algunas personas dejan sobras de comida humana para los gatos de la colonia. La intención es preciosa, pero las consecuencias son desastrosas.
Entendemos que nace de la compasión, pero alimentar a los gatos con nuestra comida es ILEGAL, una guarrada y contraproducente para su salud.
¿Por qué es un grave error?
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ES ILEGAL: Las ordenanzas municipales de la mayoría de las ciudades prohíben expresamente dejar restos de comida que no sean pienso para animales. Hacerlo puede acarrear multas e incluso poner en peligro la existencia de la colonia.
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ES UNA GUARRADA (y un foco de problemas):
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Atrae plagas: Ratas, cucarachas, moscas... encuentran un festín en nuestra comida.
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Genera malos olores: La comida humana se descompone mucho más rápido que el pienso, especialmente con el calor.
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Ensucian el espacio: Los envases, los restos esparcidos... crean una imagen de suciedad y abandono.
Luego la gente se queja de que las colonias son un foco de suciedad, ¡cuando esa suciedad la generamos nosotros! Nosotros, los humanos, somos el problema.
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ES PELIGROSO PARA SU SALUD:
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Intoxicaciones y alergias: Muchos de nuestros alimentos contienen cebolla, ajo, sal, especias o lactosa, que son TÓXICOS para los gatos.
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Problemas digestivos: Su sistema digestivo no está preparado para alimentos cocinados, grasas o salsas. Les provoca vómitos, diarreas y desnutrición.
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Atragantamientos: Huesos de pollo o pescado pueden astillarse y perforar su esófago o intestinos.
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¿Cuál es la solución? ¡Es más fácil y barata de lo que crees!
Si de verdad quieres ayudar a estos gatitos que viven en la calle, lo mejor es poner pienso seco.
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Aunque sea el pienso más económico, es mil veces mejor. Está formulado específicamente para sus necesidades nutricionales, no se descompone tan rápido y no atrae tantas plagas.
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Es más seguro para todos: Para los gatos, para el medio ambiente y para la convivencia en el barrio.
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Se usa agua para hidratar, no leche ni sopas. Un cuenco con agua fresca y limpia es fundamental.
Conclusión:
La próxima vez que quieras ayudar, recuerda: tu buena voluntad se transforma en ayuda real con un gesto simple: un puñado de pienso y un bol de agua.
Entre todos podemos demostrar que las colonias controladas son un ejemplo de civismo y cuidado animal, no un problema. ¡Gracias por entenderlo y compartirlo!
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